No sólo es importante saber bien qué chimenea de leña comprar. Elegir la leña adecuada te permitirá alcanzar el máximo rendimiento, ahorrar y mantener tu estufa en perfectas condiciones durante mucho más tiempo. Por eso, en el artículo de hoy te damos algunos tips para elegir la leña en función de su dureza, combustión y humedad.
¿Te cuesta encender la leña? En este post te contamos cómo encender una estufa de leña.
La dureza de la leña
Lo primero a tener en cuenta para elegir la leña es su dureza. Podemos distinguir entre madera dura y madera blanda.
Leña dura
Las maderas duras son más complicadas de encender, pero arden más despacio y generan más calorías que la leña blanda.
Este tipo de leña tiene su origen en árboles caducos. Se trata de una madera con una gran densidad de sus fibras. Gracias a esta mayor densidad genera más grados de calorías cuando se consume, por lo que el calor que desprenden sus brasas dura más.
Leña blanda
Por su parte, la madera blanda es más fácil de prender, sus combustiones son altas y rápidas. Esta proviene de árboles de hoja perenne, y tiene la desventaja de que su poder calorífico es inferior y de menor duración.
La humedad de la leña
La humedad de la leña es otro factor a tener en cuenta. Para que la leña esté lo suficientemente seca deberá llevar entre siete y doce meses cortada y partida.
Lo ideal es que esté amontonada a cielo descubierto durante los meses de invierno, y bien ventilada para que la humedad se evapore.
Siempre que puedas, compra la leña al terminar el verano o justo al empezar el otoño, antes de las primeras lluvias.
La combustión de la madera
La combustión es la reacción química que produce el fuego. La combustión de la leña utiliza los tres tipos de transferencia de calor natural:
- Convección. Una de las formas más comunes de transferir el calor con la madera, es sencilla y fácil de controlar. Esta depende del nivel de convección forzada en un fuego de chimenea.
- Conducción. La transferencia de calor se produce a través de objetos sólidos. A mayor densidad de la leña, más calor se transporta de un lado a otro.
- Radiación de luz. Los fuegos de leña transfieren calor mediante la radiación electromagnética.
¿Cómo almacenar la leña?
Para mantener la leña en perfecto estado deberá almacenarse en un lugar seco, donde la leña esté bien ventilada por todos sus costados, y protegida de las inclemencias de tiempo.
Lo ideal es que la leña no esté en contacto directo con el suelo. En caso de que compres leña seca y se moja, seguirá ardiendo bien, aunque lo ideal es que se oree durante unos días.
Conclusión
Los más de 30 años de experiencia de Fogosur, como fabricantes de chimeneas, estufas y calderas, nos permiten poder recomendarte lo siguiente para elegir la leña más adecuada:
- La mejor leña para estufas de leña es la mezcla de olivo, fresno, y encina. O bien la encina en exclusividad. El roble es otro tipo de madera bastante buena para las chimeneas.
- Si eliges madera de chopo o álamo tendrás troncos que arden más rápido, pero que dejan más ceniza. En el caso de optar por maderas blandas como esta, deberás asegurarte de que el tiro esté muy limpio y que no se obstruya la salida de humos.
- Esto es así porque la encina es la leña que más poder calorífico tiene, y por tanto que más dura.
- Es fundamental que la leñe esté bien seca.
Si tienes alguna duda sobre qué leña elegir para tu estufa de leña o chimenea Fogosur no dudes en contactar con nosotros. Estaremos encantados de ayudarte.
